jueves, 10 de noviembre de 2011

Rasgos Biográfico del General Gregorio Luperón

Sociedad Cultural Renovacion, El General Gregorio Luperón ha sido una de las figuras más notables de la republica Dominicana y el más glorioso hijo de Puerto Plata.
Su cuna fue humildísima: su infancia, la de un niño callejero que tenía que buscar su propio sustento y el de su pobre madre; pero desde su adolescencia comenzó a brillar como astro de primera magnitud y llego a los más elevados cargos públicos, no ya por la fuerza de su espada victoriosa, sino por el fulgor de su inteligencia. Fue orador de palabras fáciles y elocuentes, fue escritor meduloso y galano.
En la diplomacia tuvo aciertos admirables. Fue siempre leal con sus amigos y con sus principios; amaba a su patria con un amor tan grande y encendido que lo comunicaba insensiblemente a cuantos le rodeaban. Era también muy agradecido.
De este gran ciudadano dijo el “New York Herald”: Tiene las garras del león, la piel del oso y el corazón de un niño.
Nació en esta ciudad de San Felipe de Puerto Plata el 8 de septiembre de 1839 y fue bautizado por el padre regalado y Muñoz el 30 de dicho mes y año.
Según su partida bautismal su apellido era Duperon, Pues era hijo natural de Nicolasa Duperon. Su padre fue pedro castellano.
La que le dio ser era sumamente pobre y no pudo proporcionarle el pan de la instrucción, Este bien se lo debió a un caballero inglés.
Contrajo matrimonio en la Vega con la señorita Ana Luisa Tavares el 25 de Marzo de 1865 tuvo dos hijos legítimos: Luisa Y Jacobo Leoncio. Que nacieron respectivamente en Turks Islands y en Saint-Thomas el 17 de Diciembre de 1867 y el 21 de septiembre de 1871. Jacobo falleció en Puerto Plata el 20 de Mayo de 1896.
Su Carrera política comenzó en el año 1861, cuando el presidente Santana cometió el crimen de entregar su patria a la dominación española. El General Luperón se desveló por la restauración de la Republica Dominicana y se distinguió en los campos de la batalla por su pericia militar, su arrojo y su temerario valor.
Hay quienes creen que fue, en aquella época la figura más gigantesca por sus acciones de guerra.
Durante la gloriosa cruzada restauradora el General Luperón fue sucesivamente uno de los jefes de operaciones del Cibao, Gobernador Civil y militar de Santiago, jefe de las fuerzas del sur y del este, Gobernador de la provincia de la vega, Ministro de la guerra y Vice-Presidente de la Republica Dominicana; y se distinguió en las acciones del pellón de sabaneta, en la “espantosa” batalla del 6 de septiembre de 1863 en Santiago, y en las del sillón de la viuda, Arroyo Bermejo, Guanuma, San Pedro, Los Llanos y Sabana del Vigía; en esta lucho, como un león, cuerpo a cuerpo, y recibió tres sablazos, pues se vio envuelto por la caballería enemiga. También peleo heroicamente en el Paso del Muerto y en rio Yabacoa.
El General Luperón fue quien efectuó en Puerto Plata en 1865 el canje de los prisioneros dominicanos con el Brigadier de marina Don José Lozano.
Su espada estuvo siempre al servicio de la patria y del derecho, defendiendo las causas buenas, nobles y justas y echando abajo las tiranías.
Después de restaurada la Republica Dominicana el General Luperón Fue:
Delegado del Cibao y Gobernador de Santiago en 1865, durante el protectorado: Miembro de la convención Nacional, como diputado por Santiago en 1874.
Ministro de la guerra en 1876, durante el gobierno del notable ciudadano Ulises F. Espaillat; Presidente de la Republica Dominicana en el gobierno provisional de 1779 a 1880; Comisionado ante las cortes de Europa en 1882; Comisionado ante las cortes de Europa en 1882; Delegado del Gobierno en el Cibao 1887.
Siempre fue Muy combatiente; pero triunfaba siempre de sus enemigos. Su Gobierno Provisional fue admirable. En un año logro levantar el crédito de la nación, protegió a los periodistas y a los escritores nacionales, construyo en diversas ciudades de la Republica Dominicana edificios públicos importantes, dio amplias garantías a los ciudadanos en el ejercicio de sus derechos políticos, hizo respetar la libertad de la prensa, en las cárceles no se hallaban presos políticos, puso a raya al presidente Salomón, de Haití; y mereció que al terminar sus funciones como presidente provisional, la convención nacional, al responder a su mensaje del 5 de abril 1880, le dijera, por órgano de sus presidente Fernando A. de Meriño: La convención felicita al gobierno provisorio que vos presidís, por todo lo que ha hecho en bien de la patria, así en lo concerniente a las medidas que se relacionan con la administración anterior, como en las que han mantenido y extendido nuestras reciprocas relaciones con los demás pueblos civilizados.
Y para que mayor sea la vuestra satisfacción y como prueba del reconocimiento que hacia vos abriga el país, la convención nacional en su nombre y por mi órgano, os da solemnemente un voto de confianza; pues solo ve en los actos que han señalado y vuestra transitoria administración la laboriosidad y patrióticos desvelos de quien, habiendo puesto su espada al servicio de los principios constitucionales, no puede desear sino su predominio.
Y para aún más confirmar ese voto del país, la convención desea que mientras este proceda a darse un gobierno definitivo, continuéis vos al frente de sus destinos, ofreciéndole pruebas de que todo lo sacrificáis en aras del bien de vuestros con-ciudadanos, y para el efecto se os incluya el decreto dado sobre el particular (Santo Domingo de 20 de mayo).
Recorrió los Estados Unidos, La América del Sur y Europa, y se ilustro mucho en estos viajes. Fue comerciante en sabaneta de yasica antes de la guerra de restauración, y cuando esta termino, se dedicó otra vez al comercio en esta ciudad durante algunos años.
Cuando estuvo revolucionando en sabaneta contra los españoles, hacía las veces de medico con un nombre que no era el suyo.
1882 firmo con Francia un tratado de comercio y de navegación y fue nombrado oficial de la legión de honor. Era también oficial de instrucción pública de Francia, miembro honorario de la sociedad protectora de la infancia de parís, miembro Donador (vice-Presidente) de la unión Latina Americana, Gran Cruz de la orden real de la Coronne d’Acier surmontes de la Croix du sud, y tenía también entre otras, una condecoración del reino Servía.
Protesto contra el empréstito de 1888, que ha sido la causa de que la Republica Dominicana se vea con una deuda enorme…….Tuvo entonces que salir del país, y volvió con una grave enfermedad que lo llevo a la tumba el 20 de mayo de 1897.
Luperón era un Hombre excepcional, Aunque fue algunas veces dueño de la Republica Dominicana, no ambiciono el poder, cedía siempre la primera magistratura del estado a los ciudadanos de más nombre y fama por su ilustración, su honradez y su civismo.
Con muchísima razón dijo el Licdo. Manuel Ubaldo Gómez en el acto de la apoteosis del General Luperón que cuando sus parciales lo llamaban a la Presidencia, contestaba: que la espada no servía sino para cortar; y proponía a esas cumbres que en su tiempo se llamaban Fernando Arturo de Meriño, Ulises F. Espaillat, Pedro F. Bonó, Casimiro de Moya y José Manuel Glass.
Luperón estuvo dos veces a punto de ser asesinado en Saint Thomas, pero se salvó por su agilidad y valor. Una vez fue mientras comía o cenaba en la casa de un amigo suyo; se defendió arrojando una botella de vino a la frente del que venía delante, quien cayó como herido por un rayo. Luperón, su secretario y los dueños de la casa se abalanzaron sobre el caído, desarmaron y entregaron a la policía: el otro huyo al ver en tierra a su compañero.
Otra vez fue mientras dormía. En Saint Thomas había mucho orden y mucho respeto a la propiedad, y el general dormía con algunas ventanas abiertas; quien pretendió asesinarlo salto por una ventana con su puñal desenvainado; Luperón despertó, lo vio, lo dejo acercarse, y cuando estaba llegando a la cama le rompió el brazo de un balazo.
En Puerto Plata pretendieron envenenarlo en una ocasión; quisieron ganarse para ello el cubano que se había encargado de hacerle preparar la comida; pero este buen hombre puso al general Luperón en conocimiento de lo que intentaba, sin descubrir a los culpables y se ausento de esta ciudad para escapar de la venganza de quienes se vieron burlados.
En Dajabón, 1873, tramaron el asesinato de Luperón los Generales Juan Antonio Polanco, Wenceslao Álvarez y Juan Antonio Rivas; pero no lograron su intento porque Luperón lo supo a tiempo y se defendió, como un león, con la cooperación del General Calasanz Carrasco y del Coronel Ulises Heureaux.
El General Luperon inspiraba tanta confianza como jefe de operaciones, que en una ocasión muy difícil para el Gobierno de la restauración, al llegar Luperón a Santiago, le dijo el egregio Don Ulises Espaillat, dándole un abrazo: Aun hay patria, General, porque usted. Está Vivo.
En otra ocasión, cuando el general gabino Grespo se levantó en la cercanía Guayabín contra el gobierno del mismo Espaillat, el gobernador de Santiago Don José D. Valverde, en una carta de fecha del 18 de julio del 1876, en la cual llamaba a Luperón ara que dirigiera las operaciones militares en defensa del gobierno, que decía al terminar; su sola presencia aquí valdría por una batalla ganada. Seis veces estuvo el general Luperón en el exilio. Sus enemigos se empeñaron en hacerle daño lo mismo en su persona como en sus bienes. 1867 los generales Besista Dionicio Troncoso y José Dolores Bermúdez, cuando entraron triunfante a esta ciudad, se apoderaron de la casa de comercio de Luperón y de la de su familia y las pillaron de manera verdaderamente vergonzosa. El General Luperón, como Páez, les tenía mucho miedo a las culebras. Falleció como esta dicho, el 20 de mayo del 1897, confortado con los auxilios religiosos, con pompa y solemnidad y musitada se celebraron en Puerto Plata, el 15 de julio del mismo año los funerales del egrerio prócer de la restauración. La oración fúnebre fue pronunciada por el Illmo. Y Revdmo. Sr. DR. Don Fernando Arturo de Meriño, azorbispo metropolitano, leal amigo del extinto, y dieron realce con su presencia el Excmo Mons. Tonti, delegado apostólico, el ciudadano Reaux, que presidio las honraras y leyó en el cementerio, sobre la tumba del fenecido, hermosas palabras reveladoras del cariño a quien le había dado su sombra protectora. Asistieron también a estos funerales magnos varios gobernadores de provincias, las mejores bandas de música militares y gran parte del ejército. Sus resto reposaron en un panteón levantado por su viuda e hija en el cementerio Católico de esta ciudad hasta el 14 de agosto del 1926, que fueron exhumados y llevado al salón principal H. Ayuntamiento, donde estuvieron en capilla ardiente hasta el siguiente día, que fueron conducidos a santo domingo pasando por Santiago, Moca y la Vega, ciudades que con celos patrióticos glorificaron las cenizas de quien se hizo inmortales por su ardiente patriotismo. El 16 de agosto quedaron definitivamente esos mortales despojos en la “Capilla de los inmortales”, de la santa Basílica metropolitana, en cumplimiento de una moción que en el senador presento el Sr. Ricardo Limardo, senador por Puerto Plata, El 02 de marzo del 1925, que fue convertida en el Ley el 11 de noviembre del 1925. Luperón publico varios folletos y una obra en tres tomos y titulada “Notas autobiográficas y Apuntes Históricos sobre la Republica Dominicana desde la restauración a nuestros Días”, Editada en Ponce, Puerto Rico, en 1896.
En La Ciudad, Perpetua el Nombre de Luperón, un Parque, y en la provincia la común que antes se llamaba Blanco.
Aquí quedan, pues, en la paz del señor y en la morada Gloriosa de los padres de la patria las venerandas reliquias del famoso restaurador que inmortalizo su nombre como guerrero audaz y sin miedo en Dajabón, capotillo, Guayabin y San Pedro….
El espíritu de puerto plata estará siempre respetosamente inclinado sobre ellas…..!Que esas reliquias inspiren Honradez, abnegación, civismo y espíritu de sacrificio a las cámaras, al ejecutivo nacional y las presentes venideras generaciones para grandeza y decoro de la patria.
Mientras damos las Gracias más cumplida en el nombre de la familia del héroe hoy glorificado y de la ciudad de Puerto Plata a las cámaras, al ejecutivo nacional y al Ilustre jefe de la iglesia por esta apoteosis que ha sido brillantísima, nos atrevemos a pedir al gobierno que llene el inmenso hueco que han dejado, en la ciudad que representamos los restos del héroe y del republico que hemos traído en brazos de la gloria, votando la suma necesaria para que, en el parque de su nombre se levante la estatua que el merece.
 
Escrito Por:  Lic. Rafael C. Castellanos

3 comentarios:

  1. muy bien hoy saco yo un 100 en la nota de historia

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  2. Porque el general no se apellidaba Castellanos?, existe algun documento en donde conste ese apellido como hijo de Pedro Castellanos.

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  3. Gracias muchas gracias fueron la unica pagina que me pudo dar los nombres de la esposa de luperon y el nombre de los hijos

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